LA REGENTA
Argumento general de la obra:
En
una ciudad de provincias, Vetusta, vive Ana Ozores, de familia noble venida a
menos, casada con Don Víctor Quintanar, regente de la Audiencia, del cual le
venía el nombre, la Regenta. Ana se casó con Don Víctor en un matrimonio de
conveniencia. Bastante más joven que su marido, al que le une más un
sentimiento de amistad y agradecimiento que de amor conyugal, su vida
transcurre entre la soledad y el aburrimiento. Es una mujer retraída, frustrada
por no ser madre y que anhela algo mejor y desconocido. En esta situación, la
religión es la única válvula de escape dentro de la ciudad. Conoce a Don Fermín
de Pas, Magistral de la catedral, el cual se convierte en su confesor. Ana
siente una gran atracción y admiración por él. Pero la religión no le basta.
Conoce a Don Álvaro Mesía, el Don Juan de Vetusta, el cual está enamorado de la
Regenta. Ésta, desde que lo conoce ya no se siente tan triste. El Magistral
está celoso. Ana y Álvaro se hacen amantes. Don Víctor descubre que su criada Petra, la criada de Ana, se acuesta con un hombre en su casa, lo que le lleva a despedirla. Petra, buscando venganza y compensación, acude al Magistral para contarle la vida adúltera que lleva Ana y así, convertirse en la nueva criada de don Fermín. Petra, un día, le cuenta que ha visto cómo Ana se acuesta con don Álvaro, el cual trepa por el balcón de la habitación de la Regenta. El
Magistral urde un plan. Le pide a Petra que, antes de ser despedida, adelante una hora el reloj de Don
Víctor, el marido de Ana. Éste, al salir de caza una hora adelantado, ve a Don Álvaro saltar del balcón de su mujer. Lo puede matar con un tiro por la espalda mientras sube por la tapia des la finca pero, como buen caballero, lo reta a duelo y, en el mismo, Don Álvaro mata a Don Víctor y huye. Ana se
entera de todo cuando Álvaro le escribe una carta contándole lo ocurrido. Cae
enferma durante un mes. Al cabo de un largo tiempo se decide a salir para
dirigirse a la catedral para ver si puede encontrar el perdón y el consuelo en la
religión. Cuando Ana acude al confesionario donde está El Magistral, este sale bruscamente del confesionario y se dirige a ella. Ana siente miedo y cae
desmayada. El Magistral se marcha dejándola tirada en el suelo. Celedonio, un monaguillo feo y jorobado, al
encontrarse a la Regenta desmayada, la besó en los labios. Cuando la Regenta despertó, ésta sintió en los labios como si la hubiera besado un frío y viscoso sapo.
siuuuuuuuuuuuuuu
ResponderEliminar