Relata la historia de un grupo de once jóvenes madrileños que van a
pasar el día al campo, en un caluroso domingo de verano. La acción tiene lugar
a la altura del Puente Viveros, en el río Jarama, al que bajan los protagonistas para
bañarse y escapar del tedio de la ciudad. En otro plano de la novela se
desarrolla el enfrentamiento de dos mundos contrapuestos, la clase trabajadora
urbana y la rural. En lo
narrativo se ha destacado la capacidad del escritor de simultanear la acción
entre diferentes localizaciones, Puente
Viveros y la Venta de Mauricio como en un guión cinematográfico). La trama
argumental, sencilla como en muchos ejemplos del neorrealismo, se descompone al final de la novela, con la
narración de un suceso trágico, que
le servirá al autor para reforzar su tesis sobre la oposición entre la
fugacidad de la vida humana y la naturaleza inmutable del río.
Cinco horas con Mario
Estamos en marzo de 1966. Carmen Sotillo, a los 44 años, acaba de perder
a su marido Mario de forma inesperada. Una vez que las visitas y la familia se
han retirado, ella sola vela durante la última noche el cadáver de su marido e
inicia con él un monólogo-diálogo en el que descubrimos sus personalidades y los conflictos de su
matrimonio. También reproduce una crítica hacia la sociedad del momento
obligando al lector a posicionarse en contra de Carmen.
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